jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo dos: Un viernes de exámenes.

Agobiados y estresados, tras la agónica entrega de un proyecto a las 07:58 de la mañana del día anterior Zipi y Zape decidieron que siendo viernes se merecían un pequeño homenaje, y bajo promesas de volver pronto y ser responsables decidieron acercarse a la ciudad al Carmen: bar cervecil al más puro estilo castellano… una vez allí, acodados en la barra empezaron a sentirse auténticamente como en casa, no habría mayor diferencia con un lugar de la latina más  que la obvia calidad de las presentes al final de la barra.
Primera cerveza, segunda cerveza… copa de vino tinto, copa de vino blanco… entre los vapores alcohólicos, profundas y trascendentales cuestiones pasaban por las manos de nuestros protagonistas con asombrosa ligereza.
En röd vin glass, om du är gärna... El camarero con cara de póker observaba a Zipi, que encogiéndose de hombros reformuló su petición: A red wine glass, please… y añadía encogiéndose de hombros… I need to improve my swedish. El camarero sonreía comprensivo… sería el comienzo… Do you want a glass of water?-What? I want wine!-Yes, but here the Swedes order wine with a glass of water…-What? I am Spanish, I just want wine!.-La camarera por detrás de su jefe sonreía tímidamente divertida por la escena.
Renovando su conversación el alcohol bajaba por las venas y comenzaba a despertar su carácter ibérico, Zipi y Zape comenzaban a sentirse hilarantes… Zipi, deja de beber, recomendaba Zape… a lo que Zipi contestaba… déjalo, simplemente me quiero emborrachar, y planeo conseguirlo (cuánta razón tenía…).


Un serio sueco se afanaba en tratar de pedir una cerveza entre Zipi y Zape no permitiéndoles el correcto devenir de su hasta ese punto interesantísima conversación… así que Zipi decidió tratar de agilizar la operación con su infinita sabiduría (nacida repentinamente del vino).
  -Sonríe. – La única respuesta fue una seria mirada de nuestro individuo, vestido con camisa a cuadros rojos, pantalones vaqueros remangados, botas negras de cuero y bonito y elegante jersey Fred Perry… ya se me entiende.
-Si no sonríes no te van a atender.- No parecía muy agradecido por el consejo, pero amagó un intento de sonrisa a la hora de pedir… fracaso.- ¿Ves? Sonreír no funciona
-Venga hombre… se necesita práctica, no se te ve muy sonriente… no te iba a salir a la primera ¿no?... –Es que aquí sólo sonríe la high-class…. Aseveración que abrió las puertas a una absurda a la par que interesante conversación acerca de los pijos-sonrisas y la clase obrera que acabó entre carcajadas del susodicho serio personaje… Objetivo conseguido.
Tras este pequeño episodio, Zipi se sentía merecedor de un pequeño premio…  otro vinito. – ¡Esta vez lo voy a pedir bien! Vas a ver…- Zape miraba atónito cada movimiento. Tras varios intentos o “ensayos” como los daba en llamar Zipi consiguió captar la atención de la camarera. - This time I’ll try in swedish.- Zipi acababa de captar toda su atención… - Jag skulle viljiiiiia en vitt vinnnnnnn.- La camarera le miraba intentando descifrar aquella perfecta pronunciación… -Jättebra! - Zipi lo había conseguido…
Después de aquello,  Zipi decidió conquistar el bar entero, la barra era su fuerte y su base y poco a poco conseguía hacerse amigo de todo aquel incauto que se acercaba por su radio de acción, incluso con comentarios tan complicados como…- sí, eso es cierto, hay diferentes zonas del conocimiento en el cerebro, no deberías reíros tanto, de hecho… la lengua materna se almacena en un área diferente a las lenguas aprendidas posteriormente… por eso mi inglés es tan malo…-ganándose el agradecimiento de un vilipendiado contertuliano…
Otra cerveza por favor… ¡y unas pataticas! ¡Oh! ¡Milagro! Nuestros entrañables personajes consiguieron una ración de patatas fritas… Zipi se deshacía en agradecimientos al camarero…
Finalmente la hora de cerrar de el bar llegó y tocaba desalojar, poco a poco las relaciones pasaban camino de la salida y un chileno-sueco se acercó de nuevo a ellos a continuar alardeando y faroleando cuan sevillano en Feria de Abril:- pues yo me hago a la que quiera cuando quiera…-Vamos… hazte a la camarera- respondió Zipi, harto del estilo pegajoso y relamido… ¡otra victoria!


El delirio:

Metro, qué bajón, ¿cuánto hay que esperar? ¿18 min? -Espera, que ahora vengo- Genial idea se fraguaba en la cabeza de Zipi: Un McDonald’s le esperaba a la salida de la estación… genial transacción, que no encontraba la tarjeta con chip… le dijeron que ya había pagado (¿con qué?). Tan feliz volvía a la estación, deseoso de contarle a Zape su gratuita heroicidad, cuando le llamó…-¿Dónde estás? ¡Que llega ya el metro! Dos minutos… -que ya estoy aquí, espera… y mientras hablaba la bolsa de papel, mojada por la coca-cola derramada se rasgaba dejando caer al suelo patatas y hamburguesa… todo el andén en silencio observaba la reacción… Me cago en Satanás (en español en el original) y de una patada retiraba amablemente entre una cascada de patatas la hamburguesa a las vías…-¿Zape, dónde estás?-Al final del andén.-Mentira, que estoy yo.-Que sí-¡Que no!-¿Pero dónde cojones estás? ¿Qué está el metro aquí?-Pues montando… en el último vagón-Ahí estoy yo-No……….. Mierda… he cogido el que no era…
Así que teniendo que esperar otra media hora… Zipi decidió comprar más hamburguesas… que tenía hambre… y taxi a lappis… a otro corridor a hacer un poco ruido…
A todo esto Zape, esperando aburrido, sin saber donde se había metido su compañero, se encontró en el mismo andén con dos amigos alemanes… -¿Estás aquí solo?- Le insistían a Zape… -Estoy esperando a Zipiiiiiiiiiiiiii! Igual debería buscarle…- Dicho esto, el móvil sonó… -¿dónde estás?- Al final del metro… Tras una conversación  en la que se fue elevando el tono de voz (que habéis leído antes…)… Zape fue tomado por loco, no había nada que hacer por arreglarlo.

domingo, 6 de marzo de 2011

Capítulo uno: una noche más…

Ayer… oh ayer! Diría yo que hoy, escribimos nuestro primer capítulo en lo que se
podría decir que es una noche típica de las nuestras. Zape había estado todo el día
estudiando y Zipi, bueno Zipi… Zipi había estado desaparecido como no era tan
extraño en él…
Y una noche oscura (¡joder!, que esto es Estocolmo) comenzaba a cernirse sobre sus
corazones… había que mantener el equilibrio.
Oprimidos bajo montañas de estúpidos assignments e interminables projects veíamos
languidecer nuestro potencial(sí, ahora en primera persona) y bueno… qué íbamos a
hacer… asustados ante la posibilidad de que una noche más pasara en nuestras vidas
sin nada que poder decir de ella… se dispusieron, a tomar algo tranquilamente. ¡Oh!
Habían sido invitados a una fiesta en un corridor: ¡the moustache party! Zipi se
quejaba de que tenía demasiado que hacer y para variar aseguraba que volverían pronto,
Zape tan sólo sonreía ante la posibilidad de echarse unas buenas cervecitas y olfatear el
ambiente de las, tan ansiadas, fiestas erasmus.
Llegada a la fiesta: aceptable, muchos mostachos y pocos masculinos. Zipi se afanaba
en retomar viejos contactos y avivar latentes inversiones, Zape en la retaguardia no
dejaba escapar detalle y sacaba a golpe de clicks brillo al contador, sonrisa tras sonrisa,
datos.. ya se me entiende. Tocando cuerdas poco a poco llegaron al momento en que
la fiesta necesitaba un golpe de efecto: el toque maestro.




Brillante idea en la cabeza de Zipi, que a la postre fue su perdición se dirigieron convencidos a  lo que comúnmente llaman refill, un portentoso ronmiel les esperaba en la habitación. Sin embargo, no surtió el efecto que esperaban, ¡oh decepción! A la vuelta de tan importante misión se encontraron que los contactos de Zipi abandonaban tristemente el terreno de juego y pocas damiselas quedaban para hacerle guiños a nuestro lustroso contador. Ante la visión de tal panorama, una vez más y sin tomarlo ni quererlo una dulce embriaguez (seamos serios… ronmiel) se adueñaba de ellos para acabar en una suculenta recena. Momento de reflexión tras una noche en la que hemos aprendido una importante y valiosa lección (sí, otra vez en primera persona): No volveremos a cometer el fallo de abandonar una fiesta en su clímax, y próxima vez, el as estará en las mangas… ¡Bendita petaca!

Zipi y Zape